Los árboles, en su proceso de fotosíntesis y durante todo su crecimiento, almacenan dióxido de carbono. Este proceso se denomina “sumidero de carbono”. Además, como subproducto generan oxígeno.
El dióxido de carbono permanece inerte en la madera, hasta que se descompone cuando el árbol muere o se incinera dicha madera.
La madera que se utiliza en los palets se extrae de bosques certificados con normas FSC y PEFC que garantizan que los árboles han sido talados en el momento adecuado de su crecimiento y los bosques han sido repoblados.
En la fabricación de palets se suelen utilizar maderas más económicas como pino y abeto. Que además suelen recorrer menos kilómetros y con un aprovechamiento más óptimo de la madera.
La madera de los árboles cortados en su punto óptimo de maduración, acaban alargando su vida en forma de palets. Según las especies de árboles pueden almacenar más de 1 toneladas de Co2 por metro cúbico. Esto significa que un modesto palet de madera puede almacenar 27 kilogramos de dióxido de carbono. En Europa hay más de 4 billones de palets en circulación, lo que suponen 108 millones de toneladas de carbono absorbidas y almacenadas.
La recuperación de palets, aunque poco conocida, es poco contaminante. Se consume poca electricidad para reparar y clasificar un palet. Los palets de madera son muy fáciles de reparar y en muchas ocasiones se utilizan piezas de otros palets rotos para reparar los dañados. El desecho generado en la reutilización de palets acaba transformado en tablero de aglomerado o tacos de palets que regresan a estos palets de nuevo.
Y aunque algunos fabricantes de palets de plástico o cartón se empeñen en decir que sus palets son más ecológicos que los de madera, no olvidemos que los palets de madera ya empiezan almacenando en su interior una huella de carbono de -27 kilogramos. ¿Podemos decir lo mismo de los palets de plástico o cartón?
Fuentes: https://www.maderea.es/la-huella-de-carbono-de-los-embalajes-de-madera/